Bueno, quisiera saludar. Muy agradecida de que los concejales estén aquí: Concejal Diana Cruz, Concejal Emilio Uzcátegui, Concejal Darío Cahueñas, Concejal Joselyn Mayorga entre los concejales que apuestan por la ciudad de Quito, los más comprometidos para el ámbito de cultura. A ellos, los verán en el Mercado Mayorista, en el patrimonio intangible de las sociedades de la cultura viva, en los espacios de arte contemporáneo. Siempre están acompañando, promoviendo y controlando que se garanticen los derechos culturales.
Quiero comentarles que al inicio de la gestión, el primer evento público que tuve al entrar a la Secretaría de Cultura y acompañada de nuestro Alcalde fue precisamente en la premiación de las becas del Mariano Aguilera; yo no había estado todavía cuando se daba el premio, que por cierto, fue un gran aprendizaje recorrer estas salas del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) y observar lo que significa una trayectoria artística. Desde ese día no hemos dejado de aprender y quiero recordar con mucho entusiasmo lo que fue aprender en el día 1, lo que significa el Premio Mariano Aguilera, una trayectoria artística y lo que estaba intentando impulsar este instrumento fundamental para el fomento del arte contemporáneo en la edición del año pasado con el premio a la trayectoria artística, allí se podían encontrar lo que para los ojos de alguien que tenía a su cargo la política pública de cultura, pero también que tiene una cierta perspectiva histórica, ya dejaba traducir el premio y por eso genera, tal expectativa en todos nosotros y ha recibido el respaldo del alcalde, pues lo que se observaba, el año pasado y esperamos que este año vuelva a ocurrir; es que quedaba muy claro, la combinación de saberes que se pueden calificar bajo el concepto de arte contemporáneo: saberes de la investigación en arte contemporáneo, arte ecuatoriano y como precisamente no se muestra una obra, sino son procesos interdisciplinarios, indagación, que a veces son reflexiones personales, procesos de constitución de la subjetividad de los creadores, hay otros procesos que tienen que ver con el lugar de enunciación de la obra, el lugar de producción, el contexto en el que emergen ciertos lenguajes y ciertas inscripciones en el espacio llamémoslo así, incluso en la exhibición de las estructuras de la metodología, todo lo que es lenguaje y todo lo que es práctica social y que acompaña a la creación; me pareció muy importante, la crítica que nos acaban de ofrecer, en el sentido de, no se trata de hacer obras de exhibición, sino se trata de procesos de lenguaje. Esos procesos de lenguaje, las becas especialmente mostraban como desde esta organización feminista “Mujeres de Frente” se produce un diálogo con los niños y las mujeres encarceladas: ¿Qué es el lugar del arte como lenguaje de intercambio y de interlocución de poetización de la existencia? una poesía, una seducción que traduce el conflicto y que también ayuda a trascender de lenguaje de la violencia al lenguaje de la recreación social; teníamos otras becas que ya habían entregado su producto como: Libro “Estado fósil”, solo estoy escogiendo algunas que después de 6 meses de intensísimo trabajo, el día de hoy recuerdo. El libro “Estado fósil” donde había una contribución de poesía, investigación sociológica, experiencia en el territorio, el problema de la identidad nacional, ¿Qué son los commodities?, los recursos naturales, ¿cómo nos afectan emocional?, todo eso era un diálogo de lenguajes, de disciplinas; entonces no estamos hablando de la creación de una obra de exposición para la recreación, estamos hablando de uno de los terrenos más importantes de la reflexión cultural y de la producción de lenguajes que emergen desde nuestras condiciones de interacción social y que también depositan en nosotros una reflexión, una crítica y también una poética. Desde la Secretaría de Cultura bajo las directrices del proyecto del renacer de la ciudad, de regenerar los valores de una sociedad que tenga futuro, una política popular es una filosofía política, una gestión, pero también, es una expectativa de que todo este trabajo conjunto entre la sociedad civil y las instituciones públicas den lugar a retratos de nosotros mismos que nos permitan crecer de una manera más justa y honrando la tradición crítica de este país. La cultura de un país como el nuestro en esta época contemporánea, no consiste en tener un apego más profundo con nuestro lenguaje, nuestras costumbres, nuestros vestidos, nuestras identidades; la cultura de este país es la cultura de la crítica.
En 1917, cuando se inauguró el Premio Mariano Aguilera, nos encontrábamos en un año muy importante de la construcción de una república que tenía un combate entre la oligarquía y la plebe republicana. El ámbito de la imprenta de la educación pública, que era un ámbito fuertemente intelectual para el continente americano, se expresaba en una esfera pública muy vital, donde ustedes pueden ver en los impresos, los periódicos, las revistas de la época, el uso de las artes gráficas y también las otras artes, la literatura, el periodismo, la pintura, la poesía se encontraban entre las expresiones de vanguardia del período en América Latina y a nivel mundial. El Modernismo ecuatoriano inspira el premio Mariano Aguilera y es uno de los modernismos continentales y mundiales, y esto se debe precisamente a una remoción social profunda que inspiró instituciones renovadoras que fue la Revolución liberal radical. Más allá de todos los impases que haya tenido esa Revolución, sembró una cultura crítica que es justo donde se funda el premio Mariano Aguilera. En los años 30, las artes como se destacaron en el ámbito de la literatura, también se destacaron en las artes plásticas, pero no colocando un cuadro en la pared, sino a través de procesos de interlocución social súper serios entre clases y razas que antes estaban segregadas. Eso fueron los años 30, eso inspiró la obra de Joaquín Gallegos Lara, Nela Martínez, Pablo Palacio, la obra pictórica, la obra crítica, la obra cómica, el antifascismo, el expresionismo de los años 30 no eran cuadros, eran experiencias sociales de interlocución que generaron nuevas poéticas y nuevas lógicas de identidad críticas.
Nosotros reconocimos el carácter crítico, la expresión de nuevas interacciones, nuevas contaminaciones, nuevos lugares de enunciación, precisamente en los procesos de las becas del año pasado y no esperamos menos de este año, que ha sido tan impactante y doloroso como esperanzado, donde hemos visto de los mayores desastres en el país y la humanidad desde el genocidio, el crimen político, el odio, pero también hemos visto la resistencia de los pueblos, procesos de la convicción de que incluso en los peores momentos las sociedades se pueden reponer, porque tienen tradiciones críticas y las artes han sido uno de esos lugares de enunciación de la crítica y de los símbolos de formas de convivencia poéticas en lugar de violentas. Entonces no esperamos menos de la convocatoria que pueda realizar este premio Mariano Aguilera de este año, efectivamente desde el día uno, leímos un poco la composición de lo que eran estas becas, este premio a la trayectoria; comprendimos eso y desde el día 1 trabajamos en una pequeña reforma, pero que ya fue significativa, comprometimos a la alcaldía a apostar por este vehículo de fomento a las artes contemporáneas que es el premio Mariano Aguilera. Por eso se duplicó el monto, también reflexionamos sobre las categorías de su convocatoria, las pedagogías del arte y las prácticas curatoriales que se reformaban ligeramente en su forma de denominarle para evocar ciertas metodologías que se van a usar para la democratización del premio. Estas metodologías consisten: como bien ha dicho Bernarda, que ha sido un actor fundamental; debo agradecer a Bernarda, Paula y a todas las personas que han trabajado en el desarrollo de este Premio, no es la primera persona con la que yo me encuentro en este trabajo, hemos trabajado juntas con Adriana Coloma ahora con Paula Jacome, siempre con Bernarda Tomaselli antes de eso, le apostaron al premio Ana Rosa Valdés, Ana Rodríguez. Hay un compromiso del sector por este premio, tiene una identidad que nos puede articular a todos para poder precisamente llevarle a tono con nuestra contemporaneidad, no solo se duplicó el premio, sino que la metodología a la que me refería, consiste precisamente en algo que estamos haciendo en todas las líneas de fomento de la Secretaría, este es nuestro aliado estratégico, la Fundación Museos, el CAC para fomentar el arte contemporáneo, pero tenemos aliados estratégicos para fomentar las letras como el Centro Cultural Benjamín Carrión, tenemos por supuesto el Centro Cultural Metropolitano (CCM) es un actor fundamental en toda la regeneración de las artes contemporáneas y sin duda, ha sido influyente el trabajo de François Lasso (Coco) y del CCM en el fortalecimiento de este premio, pero de qué se trata: trabajamos con aliados emblemáticos por supuesto los artistas y los creadores, pero también la Red Metropolitana conforma un sector que puede crear un verdadero fomento a las Industrias, la cultura y las artes. Así como hay el premio Mariano Aguilera, hay la feria del libro, los concursos de ensayos y de literatura, también habrá fomentos a la industria audiovisual, sonora. Las famosas fiestas que parecen eventos son espacios para conocer lo que se está produciendo en el ámbito musical, las artes escénicas y para poder darles el fomento en la cadena de valor que necesitan para formar públicos; estamos trabajando sobre todo el ámbito cultural en la misma lógica fina y comprometida en la que se ha trabajado el premio Mariano Aguilera.
La metodología para la expansión y para la formación de públicos y de aplicaciones consiste precisamente en generar talleres en el territorio, es decir, que no concursemos siempre los mismos, que se pueda leer; estos espacios de producción poética y sentidos que ocurren en el territorio que es justamente lo que destaque de las becas anteriores, vamos a ver nuevas becas, nuevos grupos sociales produciendo estos lenguajes; vamos a ver nuevas apuestas en la medida en qué la usamos también la cuerda y les convocamos a que se apropien de este premio.
Esperamos que estas metodologías tengan resultado, las estamos aplicando también para la creación de memorias, historias territoriales y barriales. También estamos aplicando en las parroquias rurales para que salgan por fin del confinamiento, el exotismo y se vuelvan los actores metropolitanos que son, para que accedan a las becas de fomento sobre la memoria social de la ciudad, acompañando el proceso de desarrollo social con identidad por lo que apuesta el Municipio de Quito, que ustedes saben que tiene un trabajo de desarrollo sin precedentes en las parroquias rurales, pues eso no puede ir solo, sino acompañado de fomento a la expresión cultural artística y de la memoria de las parroquias rurales.
Entonces, creo que de todos modos el premio Mariano Aguilera ha sido una escuela desde el siglo 20 desde la revolución liberal; volvió a ser una escuela importante en los años 30 en el contexto de uno de los mejores momentos de contaminación social y de interlocución interclasista, interétnica en nuestro país. Hoy estamos nuevamente ante una crisis mundial, explorando formas de vida distintas para que no se acabe esta bella sociedad, la más diversa, pero también para superar precisamente el colonialismo y construir una sociedad democrática.
Creo que el premio Mariano Aguilera va a contribuir a la transición democrática en un momento de crisis en este país, porque precisamente no es una obra pegada en una pared, como les he dicho claramente, son procesos sociales, procesos de interlocución que develan el lugar desde el que emergen que investigan sobre sí mismo y que generan lenguajes y poesía visual, espacio y cuerpo.
En este sentido, no podemos hacer más que seguir apostando y reconocer como el premio Mariano Aguilera no es el premio a un sector de la sociedad que tiene un lenguaje que los demás no comprenden, sino que es una metodología para la sociedad. Nos ayuda a la ampliación del acceso al fomento cultural, a promover a Quito como una ciudad abierta de libre acceso y disfrute del espacio público, nos ayuda a revertir las desigualdades territoriales; todo a través de su propio lenguaje, nos ayuda a la garantía de los derechos culturales del sistema Metropolitano de Cultura, nos ayuda a construir una forma de conocimiento, nos ayuda a facilitar el acceso ciudadano el patrimonio en sus diversas manifestaciones, hay una lista mayor, nos ayuda efectivamente como un método para las políticas culturales.
Muchas gracias.