La obra trabaja sobre cómo lo absurdo del mundo ha llegado a convertirse en cotidiano. Las situaciones de guerra, migración y exclusión se han vuelto tan comunes que nos hemos acostumbrado. Aun así, el ser humano en las peores situaciones busca las formas de rescatar su humanidad. El rescate de aquello que nos hace humanos ante la desgracia. Es en ese rescate donde radica la esperanza en medio de la desgracia. A pesar de las circunstancias desfavorables, emergen actos de solidaridad, compasión y valentía que nos recuerdan nuestra esencia más profunda.
Esas pequeñas chispas de humanidad nos conectan y nos impulsan a seguir adelante, a luchar por un mundo en el que la dignidad y la empatía sean los pilares que sostengan nuestras relaciones y nuestras sociedades. La obra nos invita a reflexionar sobre el poder transformador que yace en cada uno de nosotros y nos desafía a ser agentes de cambio, capaces de rescatar nuestro sentido de humanidad en medio de un mundo que a veces parece haberlo olvidado.